Nos puede suceder que una persona que está pasando una situación de violencia acude a nosotros buscando contención, y más allá de las herramientas legales que se puedan poner a disposición para ello, hay pasos previos que es importante saber y tener en cuenta para poder abordar y acompañar a la persona, hasta tanto se decida y pueda hacer una denuncia o consultar con un abogado.

A continuación, te dejamos tips para acompañar de la mejor manera posible a tu persona allegada:

MANTENER EL CONTACTO: Una vez que entres en conocimiento de la situación, es importante que valores ese paso que la persona dio al contártelo, y mantengas contacto periódicamente asi sea por mensajes o en persona para que sienta contención y no se sienta aislada

NO JUZGAR: Las palabras cobran un rol primordial. Hay que tener mucho cuidado con el lenguaje que utilizamos, evitar juzgar, o poner el foco de culpa en la persona que sufre violencia, evitar frases como “yo en tu lugar haría…” y tener un rol más de escucha y comprensión. Proponé sin imponerte, y lleva el dialogo a la reflexión, ej: “¿Y a vos como te hace sentir esta situación? ¿Querés que averiguemos que podemos hacer?. También es importante no culpar a la persona con frases como “Vos dejas que te haga esto”, “Te violenta porque vos se lo permitís”.

Recordá que si acompañamos desde el RESPETO y la EMPATÍA, vamos a generar confianza y referencia para poder trabajar en conjunto en la desnaturalización de esa violencia.

RESPETAR: Hay que comprender los tiempos de la otra persona. El proceso de salida de las violencias suele ser largo y complejo. Si apuramos sus decisiones, se convertirá en algo que no pueda sostener en el tiempo, lo que puede generar que se frustre y se retraiga. No presionar ni hacer por el otro, se vuelve clave en estos proceso.

TRABAJAR EN SUS CAPACIDADES: En los procesos de violencia, el agresor busca disminuir a su víctima de muchas formas, y una de ellas es desde su autoestima. Ayudar a reconstruir eso, también se vuelve en uno de los pilares fundamentales.

Siempre es importante consultar con profesionales tanto de la salud mental, como abogados para abordar lo mejor posible la situación.